6 de maig del 2008

Apocalipsis Now

Apocalipsis en forma de trastorn mental del èsser humà. A quin nivell de degeneració estem arribant, a part de autodestruir-se destrossant la Terra (però és que posant-se a parlar de tot lo roï del èsser humà, el que pot acabar trastornat soc jo), tanca a la seua pròpia descendència en el soterrani de sa casa. O congela a tres filles acabades de naixer en un congelador durant una vintena d'anys! Me dóna por de lo que és capaç el èsser humà.

Recordeu les meues paraules doncs és una probabilitat que tots deuriem de tindre en compte. El Apòfis s'apropa:

- Any 2029 el vorem passar de llarg.
- Any 2036 tornarà cap a la Terra després de pegar la volta al sol, haurà modificat la seua òrbita i existeix una probabilitat entre cinquanta mil (1/50.000) de que impacte contra la Terra.

I jo dic, que ojala s'estampe. Que les vides més intel·ligents (cosa no difícil) que ens trobaran en algún futur s'asabenten que ací, en aquest planeta preciós, va existir la pitjor espècie mai cagada per Déu.

I és que el èsser humà ha estat trastornat tota la seua existència. Milers d'anys d'evolució per a continuar sent una espècie imperfecta, prepotent i creguda de ser la raça superior. Mal raig li caiga al que diga que el èsser humà no és un animal, quan és el més bèstia de tots! Mireu la definicó del diccionari, més que curiosa:

BÈSTIA

[1242; del ll. bestia; en cat. antic prengué també la forma bístia (1271)]

1 f Animal irracional, principalment quadrúpede, especialment de càrrega.

2 1 f [o m] Persona rude, intractable, brutal, incontinent, que hom pot assimilar a una bèstia.

2 bèstia bruta Persona brutal.

3 morta la bèstia, mort el verí Morta la cuca, mort el verí.

4 una (o un) mala bèstia Una persona dolenta, maligna.

3 f Part animal de l'home. Tots portem una bèstia dintre.

4 adj Nici, estult.

bès_ti_a.

Resalte notablement el punt 2 1 f, el 3 i el 3 f. Més que curiós, acollonant.

Penseu, raoneu i que ningú s'espante si arriba a la fatídica conclusió de que no es sent orgullós de formar part d'aquesta espècie, d'aquest món, d'aquesta realitat. Doncs sols seria un més...

18 d’abril del 2008

El de que la comida es como la familia

Era tarde, o pronto según se mire y quien lo mire. Vicen acababa su turno y recogía las pocas pertenencias que le quedaban en la taquilla. Fuera hacia frío, se había pasado toda la noche lloviendo y aún corría un aire gélido. Sabiéndolo, se abrochó bien el abrigo a la vez que guardaba la muñeca de su hija en uno de sus bolsillos. Era su muñeca preferida, la llevaba a todas partes menos a la escuela, donde decía que los “nenes” malos se la quitarían. Aquel día, se había empeñado en que su madre se la llevara al trabajo para que le hiciese compañía. Vicen no se negó, pues qué le iba a molestar a ella guardar-la en el bolso mientras trabajaba y así cumplir un capricho de su hija. Ahora en cambio, después de estar diez horas sin su pequeña, no dejaba de acariciar el sintético cabello de la barbie.
El aparcamiento se encontraba prácticamente vacío a esas horas y una débil nieblilla empezaba a dejar entrever que pronto amanecería. Tuvo que zigzaguear todo el trayecto hasta el coche entre los grandes charcos que había dejado la tormenta, la cual aún destellaba en el horizonte. Abrió el vehículo y dejó la muñeca en el asiento del copiloto, como si fuese una pasajera más. De pronto, se dio cuenta de algo. No recordaba si había apagado la luz de su despacho. Desde aquella vez en que la factura de la luz casi deja en bancarrota a la empresa, lo jefes se habían vuelto muy estrictos con el tema. Fue, pero tardó poco en volver tras confirmar que efectivamente, sí que lo había hecho. Se aproximó al coche y algo en su interior le dijo que no todo estaba tal y como ella lo había dejado. El coche seguía cerrado y lo único que había dejado allí era el bolso, que seguía en el asiento trasero y la muñeca en el copiloto. Aunque ésta ya no miraba en la dirección anterior, observaba la ventanilla, la miraba a ella. No podía ser, si no recordaba si había apagado las luces o no, tampoco tenía porqué recordar hacia donde miraba la muñeca. Cavilaba sobre el asunto cuando notó una presencia detrás de ella, y el contacto de una fría mano sobre su hombro la sobresaltó sobremanera.
- ¡Lo siento! No quería asustarte. – Era Ana, una compañera del trabajo que entraba a esa hora. Vicen se tranquilizó. – Deberías de haber visto tu cara. Recuerda que mañana tenemos la fiesta de despedida de Rosa, ¡no olvides traer el vino!
- Aún me va el corazón acelerado. ¡Que mala leche tienes! – Ana ya se dirigía hacia el interior del edificio, por lo que alzó la voz en la última frase para que la oyese.
Rosa, una mujer bajita y rechoncha, era la encargada de los encargos. Por ello se movía por todos los departamentos y ya por sus ojos achinados, su sonrisa inagotable o quizás, su agudísimo sentido del humor, a todo el mundo le caía en gracia. Era probablemente la empleada más veterana, así pues, todos la conocían desde el principio y colaborarían para hacerle una gran fiesta de despedida. Globos, disfraces, mucha comida y mucha bebida a la vez que ganas de pasarlo en grande. Imaginar cómo de divertida sería la fiesta, le arrancó una mueca de ilusión a Vicen, a pesar de lo cansada que se encontraba y el susto de Ana. Tenia sueño y aún le quedaba un trecho hasta casa. Se giró hacia el coche, la muñeca no estaba. Supuso que se habría caído del asiento, pero no había acercado la mano a la puerta, cuando le tocaron la espalda de nuevo. Nadie en su sano juicio habría estado preparado para la imagen que se le apareció a Vicen delante de sus ojos. La muñeca de su hija había adquirido un tamaño de una persona adulta pero continuaba siendo eso, una muñeca. No parpadeaba, ni gesticulaba. En cambio Vicen, que empezaba a retroceder con el rostro desfigurado por el terror, sentía como si sus ojos verdaderamente la estuviesen viendo. La muñeca levantó los brazos en un intento de tranquilizar a Vicen, pero esta entendió algo muy distinto y se colocó en posición fetal entre el coche que le impedía huir por detrás y la muñeca que se le acercaba por delante. Estaba rodeada y el miedo la mantuvo en esa posición sin reaccionar, sin darse cuenta si quiera que nadie la estaba dañando ni tocando. Entreabrió los ojos y vio a la muñeca en cuclillas delante suya, no se movía, tan solo la observaba. Muy despacio la muñeca le tendió la mano de plástico. Vicen empezaba a comprender que no tenía nada que temer, pues si tuviese intenciones de matarla, ya lo habría hecho. Estrecharon las manos y se levantaron.
- No tienes por qué tener miedo, de mí no. – Al igual que mantenía sus falsos ojos abiertos sin pestañear, tampoco movía los labios al hablar. Su voz, de hecho, sonaba profunda, como si alguien hablase desde dentro de ella. Vicen seguía atónita. – No tenemos demasiado tiempo, Él viene y tu hija está en peligro.
- ¿Qué… quien… diablos eres? – No entendía qué le estaba diciendo. No pensaba con claridad y mucho menos hablaba con fluidez. - ¿Qué es lo que quieres?
- Ayudar… ¡Escúchame! – Zarandeó a Vicen hasta que sus pupilas enfocaron correctamente su rostro. – ¡Tu hija está en peligro! ¡Él viene! – Su voz empezaba a mostrar angustia y desesperación.
- Mi hija… ¿Qué podemos hacer? – Finalmente Vicen comprendió que la situación era crítica. Aunque luchaba por continuar siendo consciente de los hechos olvidando que la muñeca de su hija tenía un tamaño anormal y le hablaba. Aún no descartaba la idea de que estuviese perdiendo la cabeza. – ¿Quién es Él?
- Intentaré explicarte que es lo que sucede, pero tienes que entenderlo sin más. No te preguntes nada, acéptalo, pues es tan cierto, por muy fantástico que te parezca, como que dentro de poco saldrá el sol. – Hablaba deprisa pero con seguridad, apenas dejaba entre ver todo el miedo que sentía. – Él es una entidad maligna y enfermiza que viaja entre dimensiones. Se le conoce como: “el de que la comida es como la familia”. Es una canción que no deja de cantar mientras se dedica a llevarse consigo a personas inocentes para Dioses saben qué. Suelen ser niños, pero acaba con todo aquel que se le interpone. No solo son eso, es dibujante de comics. En ellos describe morbosamente todos los secuestros que ha llevado y llevará a cabo. Luego los vende en cualquier dimensión, le compraste a tu hija uno no hace mucho. Yo me llamo Rianna y tampoco soy de tu dimensión, pero tengo uno de los comics maestros que entre otras cosas, te permite interferir de alguna forma en otras dimensiones. A través de una muñeca, por ejemplo. Anoche, mientras tu hija dormía le dije al oído que te diese su muñeca para ir a trabajar, o sea, a mí.
- No lo entiendo, en verdad no entiendo nada. Pero si dices que mi pequeña está en peligro te escucho, por lo que… ¿cómo conseguiste ese comic?
- Me fue entregado por otra persona, al igual que voy a hacer contigo. Este comic le fue robado a Él en otro tiempo, en otra dimensión. A parte de viajar a otras dimensiones, puedes cambiar los acontecimientos venideros que en él se plasman. ¡Puedes salvar a tu hija! Al igual que yo hice con mi hijo.
Hasta entonces Vicen no se había fijado, pero en su mano izquierda sostenía un libro pequeño, pero parecía no tener folios. Rianna siguió hablando.
- Según este comic – Alzó el libro a la altura de los ojos de Vicen – Tu hija es la próxima víctima, míralo por ti misma. – Abrió el comic y efectivamente no tenía folios. En su interior contenía dos pantallas táctiles con las viñetas correspondientes a un comic. Los dibujos que había en los recuadros parecían tener movimiento. Al fijarse más, Vicen se centró en una figura que le era familiar, era ella misma.
- Esa… esa de ahí soy yo… y tu. – No se encontraba bien, todo aquello le parecía tremendamente surrealista.
- Correcto. Somos nosotras. Y si pasas página… - Mientras hablaba tocó con el dedo una de las esquinas inferiores. La imagen cambió. – Esta es tu hija, en su cama, y la sombra difusa de la viñeta siguiente es Él. No queda mucho tiempo.
- ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Por qué no puedes ser tú por ejemplo quien salve a mi niña, o a los hijos de los demás?
- El comic solo responderá a aquella persona que esté directamente implicada en la historia que se cuenta en ese momento. Debes ser tú, su madre, quien la salve. Coge el comic, solo tienes que modificarlo. Con el dedo puedes cambiar todo aquello que desees y sea necesario para salvar a tu hija. No te preocupes, el comic se encargará de realizar aquello que quieras por si solo. ¡Indícaselo! – Vicen sostuvo el libro abierto en una mano y con la otra se dispuso a localizar una viñeta en la cual pudiese ayudar a su hija. Eligió una en la que aparecía su pequeña leyendo un libro tumbada en la cama. Pero algo cambió en las imágenes que se sucedían. Volvían a aparecer ella misma y la muñeca en el aparcamiento, pero no estaban solas. Una sombra empezaba a materializarse frente a ellas.
- ¡Oye! Esto está cambiando solo. ¡Mira! Creo que somos nosotras, y ese debe de ser ¡Él!
A la muñeca no le hizo falta ver la viñeta para saber que algo no marchaba bien. El ambiento se había vuelto gélido en un momento, para luego ser sofocante y volver a enfriarse de nuevo. Sin duda, Él había llegado. Lo que empezó siendo una sombra amorfa acabó convirtiéndose en un ser humano idee y envuelto en una gran capa oscura. Las dos se quedaron petrificadas mientras aquel ser sacaba de debajo de la capa una escopeta. Disparó.
Elisa cerró el comic. ¿De verdad acababa de leer como asesinaban a su madre? No lo creía, aquello no tenía ningún sentido. Casi no se había enterado de la historia del libro que le había comprado un día su madre por capricho suyo. La puerta se abrió. Elisa pensó que sería su madre que llegaba de trabajar. Rápidamente se levantó de la cama y se abalanzó sobre la puerta para abrazar a su madre. Pensaba contarle lo del comic, y que nunca más leería otro. Al ver quien ocupaba el umbral de la puerta su corazón se detuvo por un segundo. ¡Era Él! El del comic, quien había matado a su madre. Aquel ser empezó a cantar su macabra canción con tono indiferente. Avanzó sobre la pequeña Elisa. Con una mano la asió por la cintura mientras que en la otra tenía un libro sin folios.
Y así siguió con su oscura profesión. Raptando a seres de diferentes dimensiones para sus seguros malvados planes. Cantando su canción, sobre la familia y la comida, que si en algún momento esa canción tuvo sentido, solo él lo sabía.
“Basada en sueños reales”

9 d’abril del 2008

sms

El mòbil va vibrar al interior de la seua butxaca, al traure'l, una icona indicava que hi havia un missatge sense llegir. El número no es trobava guardat en l'agenda, però el va obrir igualment. Va quedar sorpresa. No era un missatge que cabria esperar d'un número desconegut, tal com una equivocació, un amic des d'un altre mòbil o d'algú que intentava lligar. No. En ell apareixia un fragment d'una cançò, però no una qualsevol. Era una d'aquelles cançons que lliguem de volta en quan a una persona, per lo general especial en algún sentit. I sabia perfectament de qui es tractava, a pesar de que feia molts anys que els seus camins quedaren separats per diferents destins. La reacció emotiva va ser instantànea: el cor se li va disparar, juntament amb la respiració, alhora que els ulls se li humien de la emoció. Va cobrir part del seu rostre amb les mans mentre voltejava sobre si mateixa en meitat del carrer. Buscava una silueta coneguda, l'unica que estava quieta entre tanta gent i que la mirava. Si alguna vegada heu sentit una sobredosis d'alegria, pot ser es podria comparar amb que sentia en aquell instant. Quant de temps havia passat des l'última vegada que havien estat junts en aquell bar de ningún lloc on es varen despedir. I ara sols tenia que creuar el carrer, creuar sense mirar, sense mirar el autobús.

14 de febrer del 2008

I jo sóc d'esquerres...

Què representa la bandera española? Per què no podria anar agust pel carrer amb ella a les mans? No sóc nacionalista de cap tipus, de fet tinc orientacions anti-nacionalistes, però ni me considere com a tal, ni manifeste cap acció al respecte. Sols és la bandera que representa ixa regió del món que algú fa uns quants segles va llimitar, i que ara és el lloc un visc. Altres en canvi, veuen en ella un insult, una amenaça. Inclús si li han afegit connotacions feixistes. Què feixistes? Aquesta és una bandera constitucional i es troben en un error aquelles persones que pensen que té el mateix significat que aquella altra amb l’àguila imperial. La realitat social, per descomptat, és una altra, però això no lleva que sigui un error.

Tampoc significa que jo estime aquesta bandera. Ixe sentiment nacionalista és algo que no acabe d’entendre. Sempre diré, allà on vaja, que sóc espanyol. Però perquè és la realitat que toca viure, o perquè ho posa al meu DNI. Havent nascut ací fa dos mil anys, i diria que sóc romà. I no ha canviat res, geogràficament parlant. Per què ser d’un lloc en concret? Això llimita la meua llibertat, la de tots. Me puc nacionalitzar en un altre país, però no puc tindre dues nacionalitats. O pot ser sí que puga, però aleshores, per què no puc ser nacionalitzat en el món sencer? Deient que sóc espanyol, me poden matar en qualsevol país d’Orient. Deient que sóc espanyol, me miren amb ulls d’odi en Sud Amèrica, i de racista en Àfrica. Per què he d’arrastrar ixa condició si no la compartisc? Jo no vuic tindre país, ni patria ni bandera, nacío o terra. Jo vuic viure on vuiga i ser d’aquesta forma lliure. Però me topete de nou amb la realitat, que és una altra completament diferent.

El nacionalisme va parir a Napoleó, i va criar a Hitler, Mussolini i a Franco. Està alimentant les arques d’Estats Units amb la seua avarícia bruta de sang. Fa apareixer èssers sobre la terra amb el nom de Fidel Castro i de Stalin i grups armats com la IRA i la ETA. I no evita guerres entre palestins, jueus, chiites i sunnites. Les alimenta. Els humans no sabem conviure, ixa és una realitat molt real. Si aquesta convivència de vegades es fa quasi intol•lerable en un grup de trenta persones. Què no pot ocòrrer en un món de sis mil milions? La reposta està tots els dies al nostre televisor, en qualsevol “telediari”.

Sobren fronteres, llevar-les crearà conflictes
Crear-ne de noves, possible solució? Encara no han aparegut i ja hi ha gresques entre germans.
Quina és la solució doncs? Tu la saps? Jo no.
La saben els nostres polítics? Espere que sí, sé que no.

Viuré lo millor que puga, allà on vuiga i que no em peguen un tir per ser qui sóc. Quina llàstima de món, quina pena de realitat que m’ha tocat viure.

4 de febrer del 2008

Examen

Estar sentado en clase apunto de hacer un examen. Escuchar el murmullo de ochenta personas a tu alrededor que no paran de hablar. Están nerviosos, se les nota, pero tu mente es un mar muerto. Los miras a todos, y sonríes, te sientes en un nivel superior. La espalda bien recta, los pies sobre la barra y las manos entrecruzadas sobre la mesa. Tu bolígrafo azul a la derecha, el Típp-ex a la izquierda, enfrente tu estuche junto al reloj de bolsillo. Cuentas los segundos, qué tranquilidad, no te molesta ver moverse al tiempo. Vuelves a mirar a la gente: los profesores desempaquetando el examen y decides buscar a alguien que esté como tú. La encuentras: Esa persona está serena, mirada perdida en un horizonte que oculta la pared. Algo la despierta del trance, le ha llegado tu deseo de conocerla, te busca y al fin da contigo. Os quedáis mirándoos fijamente, le dedicas una sonrisa que te es correspondida. El pulso acelerado, te levantas pues vas a conocerla, estás decidido. Por un momento vacila, pero te sigue. Has encontrado a tu media naranja, que no tiene por qué ser la persona por la que te enamores, ni con la que te vayas a casar ni tener hijos. Es ese alguien que en un momento concreto, un preciso instante en el tiempo se liga a ti. Pesáis, reaccionáis, vuestro corazón late por igual. Se sabe de sobra que tienes que acercarte a esa persona, tiene que ser en ese punto del tiempo, no hay segundas oportunidades. Habéis andado unos metros cuando os encontráis frente a frente. La sonrisa no se os borra de la cara, levantáis la mano y delante de todo el mundo, enfrente de los profesores, nada importa, solo la otra persona, os estrecháis la mano y todo el mundo se calla. Todos os miran, nadie dice nada. Los profesores anonadados, los alumnos extrañados, vosotros encantados. No hay tiempo para más, toca aprobar. Hoy todo va a salir bien, es un gran día.

1 de febrer del 2008

Roto

Se encontraban los dos en un banco sentados frente a frente.

- ¿Sabes qué? Se ha roto un pedazo de mi corazón.
- ¡Vaya! ¿Y cómo lo sabes?
- He sentido un golpe y lo he notado desquebrajarse.
- ¡Qué mala suerte! El mío sigue intacto, aún no lo he abierto, ni he pensado en hacerlo.
- No me lo creo, seguro que te han entrado ganas.
- Quizás, pero lo estoy guardando para más tarde.
- ¿Y de qué color es el tuyo?
- ¿Cómo va a ser? Pues rojo.
- El mío también. Qué envidia, ojalá el mío estuviese todavía entero. Me gustaba más así.

Se produce un incómodo silencio.

- Se te ve triste. ¿Quieres mi corazón?
- ¿El tuyo? No sabes cuánto lo deseo. Pero entonces tú te quedarías sin. Además, el mío está hecho pedazos.
- No te preocupes. Lo repararé. Si no, roto o no, lo querré igual.

Dicho esto, se intercambiaron las piruletas.