27 d’octubre del 2010

Celos lunáticos

Ella añora los juegos en los que ambos se sumergían y pasaban las noches en vela. Siempre confidente de los secretos, preocupaciones y temores de su amor lunático. Desplazada ahora, olvidada y sola sin estrellas que la custodien es espectadora de como el espacio que ocupaba en él se ve reducido a una pequeña mota de polvo lunar. El correfuegos de la celosía convierte su cara en oscura, prefiere ocultar su brillo a sentirse vulnerable por el color rojizo de su superficie durante el nacimiento en el horizonte. ¿Qué ha sido de todo lo que le contaba? ¿Dónde fueron a parar las promesas de ser siempre ella quien iluminase sus noches más oscuras? Ahora las prefiere sin luna y con otra compañía que no es la suya.